El depósito está fabricado completamente en vidrio, lo que permite una excelente transparencia para visualizar el contenido y asegura la ausencia de reacciones químicas no deseadas con el líquido almacenado. El vidrio utilizado suele ser resistente al calor y a la corrosión, garantizando la durabilidad del recipiente.
La tapa del depósito es una pieza complementaria que se ajusta herméticamente al cuerpo del recipiente. Esta tapa puede tener un diseño especial que incluya un mecanismo de cierre hermético a presión, para evitar fugas de líquido o vapor.
En la parte superior de la tapa, se encuentra el orificio para la fuga de vapor. Está diseñado con precisión para permitir la liberación controlada de presión o vapor generado dentro del depósito. Dependiendo de la aplicación específica, el orificio puede tener un tamaño ajustable o estar equipado con un dispositivo de control de flujo para regular la velocidad de salida del vapor.